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Ave
roc
L'aube
jette son or
La
inquietante extrañeza
M aror
P olifonías
/ Despacio
La
vuelta hacia arriba del
aire de la mañana
Mi
casa es la lluvia
In
memoriam Ñato
Materias
luminosas
La
guitarra de Macedonio
playlist (versiones y lives)
La guitarra de Macedonio (live)
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Música para (seres) parlantes es un álbum concebido,
compuesto y mezclado por el compositor argentino, nacido en 1959 y de intensa
trayectoria, Jorge Sad Levi. En esta ocasión reúne y se hace acompañar por varios de los mejores
intérpretes de música contemporánea de su país, como son Matías Nieva, Daniela Campisi,
Juliana Moreno, Elena Buchbinder o Javier Bravo. Este trabajo presenta una
estructura basada en gran medida en la alternancia de piezas electroacústicas y obras acusmáticas.
Y uno de los objetivos -y, también, deseo primordial- del autor ha sido hacer sonar la música
contemporánea en los niveles y fuerza de un disco de rock.
La obra y lenguaje de Jorge Sad Levi
están orientados de manera muy llamativa hacia búsquedas tímbrico-formales
que se pueden relacionar con lo que cabe llamar post-rock, aunque su arsenal
de recursos esté emparentado con las prácticas de la música clásica de
vanguardia. El cuidado del resultado final, de ¨la composición para y en el
parlante¨, es, sin duda, un rasgo suyo muy distintivo. Su formación se ha
dividido entre
los estudios universitarios en Buenos Aires y los cursos que ha seguido en Montreal. Ha obtenido numerosos
encargos, becas y premios en América y Europa. Su música ha sido interpretada
por músicos de la talla de Josetxo Silguero, David Nuñez, James Baker, Linda
Wetherill y Baiba Oshina, entre muchos otros. En cuanto a sus obras instrumentales, son
editadas por Babel Scores.
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Una Odisea sin Ítaca.- Hay un texto que acompaña “Maror”, la pieza para
violín y live electronics que funciona como un relato sonoro donde, más que
un libro de Historia, son cuerpos los que cuentan los padecimientos del
pueblo judío. Y ese texto dice: “Oficio ante fantasmas el rito herético de
una religión cuyo dios desconozco, usando palabras sin sentido tomadas de
una lengua soñada, hecha de pesadillas olvidadas, en las que leo un
estremecedor texto incomprensible”. Así presenta Jorge Sad Levi la cuestión
musical: en esos elementos está toda la información que se necesita para
poder ser parte de esos seres parlantes a los que dedica sus obras. Las
tradiciones, las vanguardias, la infancia, la familia, los climas, los
amigos, los maestros, los músicos y las lecturas son algunos de los temas
abordados y, tal como sugiere “La inquietante extrañeza”, todos parecen
conformar una Odisea sin Ítaca. Un estupendo recorrido que no pretende
narrar ni una vuelta ni una llegada sino los acontecimientos y las
tribulaciones que surgen por más que “cada vez que pasa algo interesante, el
grabador está apagado” y el objeto, para ser, sea “un objeto perdido. "
(Nicolás
Russo,
Revista XXIII, 9/16)
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Pensar el sonido como una evolución.- El músico dice “reivindicar de alguna
manera la experiencia libertaria del rock de los setenta” con un material
que elude a conciencia las caracterizaciones esquemáticas.
No es un
capricho semántico que, en el título del disco, la palabra “seres” esté
entre paréntesis. Sin ella, quedaría “Música para parlantes”; con ella, lo
mismo, pero con el plural de ser entre “para” y “parlantes”. Será pues quién
lo pensó (Jorge Sad Levi) quien tenga que explicarlo. “Me gustó el juego de
hacer algo pensado como una producción rockera, pero de música
contemporánea”, desanda este compositor, y el primer ejemplo que se le viene
a la cabeza es Before and after Science, de Brian Eno, cuya edición en
vinilo trae todas canciones de rock en el lado A, y todas baladas “calmas”
en el B. “Lo tomo de modelo en el sentido que las piezas impares de mi disco
son electroacústicas, mientras que las pares son mixtas, es decir un
instrumento con electrónica”, sigue destrabando este compositor, docente e
investigador que presentará su criatura musical hoy a las 20 en el Auditorio
Kraft (Florida 681) tras una “girita” que lo paseó por Madrid y Utrecht. “De
lo que se trata es de hacer sonar la música contemporánea con la fuerza de
un disco de rock”, ratifica Levi.
En efecto, la apertura (“Ave Roc”)
no solo está inspirada en el libro de los seres imaginarios en homenaje a
Borges, sino también en la banda que armaron Daddy Antogna y Luis Borda en
el primer lustro de los setenta (Ave Rock). “Es un guiño a ello y a ciertos
recuerdos de músicas escuchadas en esa década, que tenían mucho que ver con
lo que quería hacer: música experimental y electroacústica, pero sin olvidar
de dónde vengo”, revela Levi, que no escatima palabras en poner como faro al
Pink Floyd de Meddle o Ummagumma, a The Beatles o Prince.
“Me parece
que hay una cuestión con la sonoridad que me podía servir como referencia al
momento de mezclar las piezas para captar el interés del tipo que es
curioso, que viene del rock o del jazz, pero que tiene el espíritu abierto.
Por eso no puse ninguna valla de formato... al contrario, y creo que no
estoy solo en esto”, enfatiza el músico que, luego de la presentación en
Buenos Aires, partirá hacia Caracas para participar del Festival
Latinoamericano de Música de Venezuela, a fines de octubre. “Entiendo que la
música que hago no se puede pasar con facilidad por la radio, porque
reivindica de alguna manera la experiencia libertaria del rock de los
setenta. Por eso pienso bastante en esa idea del post rock, es decir, el
rock por otros medios. Pregunto, ¿qué hubiera pasado si bandas como Gentle
Giant o King Crimson hubieran seguido sin cambiar su estética en los
ochentas, que es cuando se da el gran quiebre en la historia del rock?”, se
pregunta Levi.
–Lo que está diciendo puede resumirse como una
estrategia para llamar la atención de mayor cantidad de público sobre una
música poco popular, pensando en términos de “cultura de masas”, claro.
JS: Puede ser. Yo diría que me gusta mucho la idea de pensar la música
como un tiempo coloreado, como un timbre, como un sonido que evoluciona en
el tiempo, y de repente pienso en cómo entraban Invisible o Pescado Rabioso
en la gente: entraban de la misma manera. Recuerdo que, en esa época, nos
comprábamos ciertos discos porque la tapa era linda. Hay una cierta idea de
que vos tenés un disco, y tenés un todo.
–La imagen como algo que
sugiere un “algo más” tentador.
JS: Un color y un diseño conformando
algo que está dentro del consumo popular.
En efecto, la tapa de
Musica para (seres) parlantes (de Gustavo De Tanti) muestra tres musas
inspiradoras navegando sobre algo que parece ser una canoa llena de
instrumentos, escaleras, animales, partituras y otros objetos entremezclados
y poco reconocibles, que dan con la idea de Levi. “Es un dibujo un poco
psicodélico, sí. Yo diría que sugiere la idea de las musas, pero es difuso,
ambiguo, atemporal y, por ende, tentador. Esto en cuanto al contenido,
respecto de la forma diría que la puerta de entrada es ‘La guitarra de
Macedonio’”, agrega, pensando en un fragmento que explique el todo.
–Pero es el track diez, ¡el que lo cierra!
JS (Risas.): Sí, porque es
una pieza cuyo proceso de composición partió de una cita que leí hace como
treinta años. Creo que era de Gabriel del Mazo, y contaba que habían
encontrado a Macedonio Fernández haciendo unos rasgueos, tirado en la cama,
y le preguntaron ¿qué es esto?, ¿qué estás haciendo? Y él contestó: “Tengo
la convicción de que hay un sonido del que sale toda la música, una célula
primordial”. Y yo pensé ¡hay que hacer una obra con esto! Amo a Macedonio...
–El origen de la pieza revela un puente entre la literatura y una música
cuyo mensaje tiene poco que ver con la literatura.
JS: Sí, nexos que
dan para plantear una interfase con la escucha de los otros. "
(Cristian Vitale,
Página12,
1/10/16)
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